Una historia sobre la sobreprotección que ejercen muchos padres consus hijos e hijas. No pasa nada porque a veces se mojen, se ensucien o pasen un poco de frío o calor.
Artículos relacionados
Vista previa: ¡TEN CUIDADO, BRUNO!
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Puede obtener más información aquí o cambiar la configuración.