ANTUNEZ, RAQUEL
u003cbu003eSi leíste u003ciu003eTreinta días para salvarte el culou003c/iu003e, no puedes perderte u003ciu003eVeinte motivos para olvidarte del amoru003c/iu003e, donde podrás reencontrarte con Alessander y Valentina y conocerás de primera mano la historia de sus amigos; Lea y Julien.u003c/bu003e u003cpu003eTengo un decálogo, un auténtico decálogo de razones por las que enamorarse no es una buena idea. Me lo repito como un mantra cada mañana, lo he memorizado, sí, porque es importante. Y enamorarme no quiero, pero, claro, hay otras cosas para las que sí que necesito a un hombre y me gustan más que a un tonto un lápiz; follar, básicamente, así que: Lea, cariño, cuidado con traspasar la línea. Todo iba cojonudamente bien hasta que conocí a Julien, el u003ciu003eabogaducho u003c/iu003eese que se cruzó en mi camino por culpa de mi mejor amiga. Desde el momento en que nos conocimos tuvimos una conexión especial, no tiene nada que ver con que él se viera amenazado, ligeramente, con un boli BIC a la altura de su cuello. En fin..., corramos un tupido velo. Que no, tío, que no, a mí no me pillas. El gato y el ratón, lo veo venir, ese será nuestro juego.u003cbru003eOs pongo en escena; salgo del ascensor, estoy acostumbrado a este tipo de situaciones, pero esta vez es más desagradable porque Valentina es una buena tía, imagínate mi cara cuando me dirijo al rellano y me encuentro con una mujer, la mujer más jodidamente sexi que he visto en mi vida, amenazándome con un bolígrafo. Flipé, sí, pues anda que ese solo fue el comienzo, menuda tortura, cardíaco me pone, en todos los sentidos, no sé si terminaré muriendo de un infarto o qué. Lo mejor es que me olvide de ella, sí, eso es lo mejor. Venga, tía loca, déjame en paz.u003cbru003eY ya está, se acabó, chimpón, cada uno por su lado..., ¿o no?