MARTÍNEZ, MIGUEL
Desde el humor y la osadía imaginativa y verbal aborda la granparadoja existencial humana. Su razón le hace al hombre ser dueño eintérprete del mundo, pero ese supuesto dominio y arrogancia de pocole valen para comprenderse a sí mismo y para dirigir su vidalibremente. Las cosas (la cuchara, la lavadora, los libros...) frutode su inventiva y siempre a su servicio, serán los mudos testigos desu necesidad de decirse.