DE GENOVA , NICHOLAS / TAZZIOLI, MARTINA
Si en el 2015 los esfuerzos por cruzar el mar Egeo y el corredor delos Balcanes fueron el foco de atención política-mediática, enseguidael Mediterráneo volvió a ser protagonista por el aumento denaufragios. En el 2017 hubo un repunte en los intentos de saltar lasvallas de Ceuta y Melilla, con su consiguiente represión, y en losúltimos meses del 2020 la atención se ha centrado de nuevo en lasislas Canarias, como ?punto de entrada? de inmigrantes, esta vez bajola coyuntura de la COVID-19. Pase lo que pase a nivel internacional,la política migratoria de la Unión Europea reproduce un lúgubre buclede eventos a lo largo y ancho de su frontera exterior. Este bucle dafe de la insistente repetición del discurso: da igual que sean cientos de personas o decenas de miles; siempre se trata de una ?crisis?.Sucesivamente asistimos a una reiteración de imágenes de esas?crisis?: campamentos con hambre y frío; embarcaciones que no aguantan el peso de sus pasajeros; personas a punto de ahogarse en el mar;buques militares patrullando las costas? Todos los ingredientes parauna guerra contra la movilidad, escenificada y coordinad