BARA, SANTIAGO
Escuchas a un político o ves la tele después de un tiempo sin hacerloy estás ante un espectáculo surrealista. Sales a pasear y las callesse convierten en el atrezzo de una pelicula. Tienes la impresión deque hasta lo más valioso está cubierto de una pátina de publicidad. Te preguntas, incrédulo, cómo has llegado a esta situación.
Eso es lo que hay.