De Madrid al cielo. Los éxitos de un neófito. Guerra de pasillos. El nuevo proyecto. Se despejan las incógnitas. Promoción inesperada. Feliz año nuevo. Desenmarañando el ovillo Sanabria. El fin de una situación kafkiana. El inicio de una nueva etapa. Cambios sorprendentes. La noche de los cuchillos largos. Tiempos difíciles. Tirando los últimos cartuchos. La última bellerada. Del fuego a las brasas. Preparando la salida.
Esta obra enseña creativamente al directivo a descubrir el papel en la dirección de personas y empresas recordándonos lo importante que es el entorno profesional y familiar en la toma de decisiones, y cómo inciden en éstas.
El poder y la empresa trata la problemática interna desde dos perspectivas diferentes. La primera es una visión panorámica de los problemas humanos que se pueden generar dentro de algunas empresas, en donde conviven durante muchas horas personas de cualidades y estilos diferentes que solamente tienen en común el objetivo marcado por la empresa. Desde esta visión es fácil percibir que ciertas decisiones tomadas por algunos responsables no se sustentan sobre bases empíricas, sino que están tomadas sobre impulsos e intereses personales, ambición, inseguridad y envidia, entre otros motivos, que a corto plazo pueden favorecer al que toma la decisión. Pero a largo plazo siempre perjudican a la empresa.
La segunda perspectiva es la que diferencia los buenos ejecutivos de los otros. El que no toma decisiones no se equivoca nunca, y el que las toma, seguro que se equivocará alguna vez. Pero el que las toma, influenciado por su ego, puede llevar la empresa a la catástrofe.
Esta obra enseña creativamente al directivo a descubrir el papel en la dirección de personas y empresas recordándonos lo importante que es el entorno profesional y familiar en la toma de decisiones, y cómo inciden en éstas.
El poder y la empresa trata la problemática interna desde dos perspectivas diferentes. La primera es una visión panorámica de los problemas humanos que se pueden generar dentro de algunas empresas, en donde conviven durante muchas horas personas de cualidades y estilos diferentes que solamente tienen en común el objetivo marcado por la empresa. Desde esta visión es fácil percibir que ciertas decisiones tomadas por algunos responsables no se sustentan sobre bases empíricas, sino que están tomadas sobre impulsos e intereses personales, ambición, inseguridad y envidia, entre otros motivos, que a corto plazo pueden favorecer al que toma la decisión. Pero a largo plazo siempre perjudican a la empresa.
La segunda perspectiva es la que diferencia los buenos ejecutivos de los otros. El que no toma decisiones no se equivoca nunca, y el que las toma, seguro que se equivocará alguna vez. Pero el que las toma, influenciado por su ego, puede llevar la empresa a la catástrofe.
