VIAN, BORIS
En estos
cuentos, escritos entre 1945 y 1952, la desbordante imaginación del ya mítico
escritor Boris Vian parece no imponerse límitesá: desde el lobo-hombre que, «se estrena» en un
hotelucho de Montmartre hasta la bailarina del Bronx, que sólo se excita atropellando
a perros y personas con un taxi, todo es posible. También circulan por estos
relatos pícaros, chorizos y chiflados de toda índole, fauna pintoresca de gente
rara que a Vian le sirve para crear
esas situaciones grotescas, absurdas e hilarantes que le son tan familiares y
que nos invitan a compartir el frenético mundo de la inmediata posguerra en el
que él agotó su corta vida.
La pregunta ¿qué sentido tiene la vida ?, monopolizada por la filosofía y las grandes religiones, ha abandonado la esfera pública y se ha convertido en una cuestión íntima y privada. Y el hombre, que se enfrenta ya en solitario a la complejidad de la vida (la muerte, el amor, el deber, por no hablar de cuestiones candentes como la manipulación genética), reacciona de dos maneras : o bien humanizando lo divino ?tendencia que caracteriza desde el siglo XVIII a todo el laicismo europeo y contra la que lucha la jerarquía católica?, o bien divinizando lo humano ?idea que se desprende de movimientos tales como la bioética y el humanitarismo? ¿Nos hallamos, pues, ante el advenimiento del hombre-Dios ?